BISCUIT

Garatge / Psychedelic / Powerpop

Darrera actualització: 05/10/2010
Data registre: 05/10/2010
Visites rebudes: 3847

Informació i biografia

Població:

Vilanova i la Geltrú

Membres:

Xavi, Àngel, Fermín, Armand

 

Biografia de BISCUIT

Nunca fue más cierto lo que dejó escrito aquel, que bastaban los 15 ó 20 primeros segundos de una canción para saber si los siguientes iban amerecer la pena. Aún más, en el nuevo disco de Biscuit son suficientes para saber si te gusta el rock o si, en realidad, estás fuera. Que tu movida es otra, vamos, que te habían contado –y te habías tragado- una copla que no es la buena.
Biscuit están, obviamente, dentro. Son rock, no hay duda, y un buen camino a tomar si uno quiere atajar para conocer sus secretos. Les he visto crecer, hacer canciones y dar muy buenos bolos. Si hiciera una lista de mis grupos favoritos, estarían muy arriba. Grupo modesto, honesto hasta el límite, llevan demostrando desde hace muchos años que su lugar está dentro de esa tradición de bandas europeas que tuvieron muy claro a qué engancharse tras el mal trago de los ochenta. Clasicismo mezclado con el aguerrido espíritu de la generación indie no maleada, obviamente, por los cantos de sirena de lo efímero y lo arty. Rock de guitarras que no hace ascos a la melodía, música trasparente y franca, sin concesiones a nada que no pasara el filtro más exigente y ortodoxo. No es banda no, Biscuit, para quienes, aburridos o quemados, gustan de un rock arriesgado, abierto a otras músicas para –quizá y con suerte- llegar a lugares diferentes. Por eso son lo que son. Como “Louie, Louie” o los Stones del Exile. O eres de los nuestros, o estás fuera.
Amenazan de vez en cuando con tirar la toalla, cansados después de tantos años, quizá presionados por ese otro tipo de responsabilidades que suelen ir aparejadas a la vida adulta. Presentan cada disco como –tal vez- el último, una amenaza estéril que a la postre sólo afecta a quienes ya estamos en su feligresía. Pero a mi no me engañan. Cada uno de sus trabajos es mejor que el anterior, y Cinnamon Fadeout es, de largo, lo mejor que han hecho hasta ahora. Como para no mirarles con mala cara cada vez que sacan las penas a relucir. Mas les vale asumir su condena, y darse cuenta de que nos haremos viejos y seguiremos esperando confiados más discos. Y ellos, arrastrándose si hace falta, seguirán juntándose en el garaje de Fermín, su batería, para seguir exprimiendo rock y melodía, sacando el jugo del canon de riffs clásicos e intentar, de nuevo, dar con esa clave, esa canción –como decía Hendrik Roever- imposible de olvidar: La que resuma todas las demás.


Eduardo Ranedo (Ruta 66 / Radio Euskadi)

Repopblica
© 2008-2024, una idea i projecte
de Space Bits, S.L.
Tots els drets reservats